sábado, 6 de octubre de 2012

Luz y Color

Algunas teorías

La Secuencia Aristotélica: una teoría que duró 1800 años

La primera teoría acerca del fenómeno del color, y sin duda una de las que más ha influenciado a los pensadores hasta el advenimiento de la ciencia moderna, fue la propuesta por célebre filósofo griego Aristóteles de Estagira (-384 a -322). o Teoría de la Secuencia Lineal.

            Aristóteles realizó una racionalización de las teorías de la Antigüedad, debidas a Empédocles. Demócrito de Abdera y Platón,  reduciendo todo a una simple mezcla de dos colores, en proporciones adecuadas.
            Escribió Aristóteles:

            “A veces en una noche clara observamos una variedad de apariencias que se forman en el cielo, “abismos” por ejemplo y “trincheras” y colores rojo sangre... Como hemos visto, el aire superior se condensa en una condición inflamable y la combustió a veces toma la apariencia de una llama ardiente... Así que no es sorprendente que este mismo aire cuando se condensa asuma una variedad de colores. Para una luz débil brillando a través del aire denso, o cuando el aire actúa como un espejo, causará que aparezcan toda clase de colores, pero especialmente carmesí y púrpura. Ya que estos colores generalmente aparecen cuando el color del fuego y el blanco se combinan por superposición...
            “Los abismos toman su apariencia de profundidad de la luz atravesando una masa de aire azul oscuro o negro oscuro... En general el blanco en contraste con el negro crea una variedad de colores; como la llama, por ejemplo, a través de un medio de humo. Pero durante el día el sol los oscurece y, con la excepción del carmesí, los colores no se ven por la noche porque son oscuros”.
                                   (De Meteorologica [Meteorología]; Libro I; Parte V)

            He aquí la base del sistema: los colores básicos son el blanco y el negro, representando la lucha filosófica entre la luz y la oscuridad.
            Agrega después en otra de sus obras:

            “Si el órgano visual propiamente dicho es fuego, lo cual es la doctrina de Empédocles, una doctrina enseñada también en el Timeo [de Platón]  y si la visión fuese el resultado de la luz saliendo de los ojos como de una linterna, ¿por qué el ojo no tendría el poder de ver, incluso, en la oscuridad?
            “Es totalmente ocioso decir, como lo hace Timeo, que el rayo visual que se desplaza en la oscuridad es aàgado... Demócrito, por el otro lado, tiene razón que el ojo es de agua, no sin embargo cuando pasa a explicar la visión como una simple reflexión.
            “Para fijar la cuestión en general; es una noción irracional [afirmar] que el ojo ve en virtud de algo que sale de él, que el rayo visual se extenderá todo lo largo hasta las estrellas. o inclusive que saldrá hasta cierto punto y allí colisionará, de alguna manera, con los rayos que provienen del objeto... Porque ¿qué significa la colisión de luz con luz? “
                                   (De Sensu et Sensibili” [Sentido y Sensación]; Libro I; Parte II)

            Luego amplía su teoría acerca de los dos primarios:

            “Debemos ahora tratar de los otros colores, revisando las muchas hipótesis inventadas para explicar su creación.
            (I)        Es concebible que el Blanco y el Negro deberían ser yuxtapuestos en cantidades tan diminutas que [una partícula] de cada uno de ellos separadamente debería ser invisible, aunque el producto conjunto [de dos partículas, una negra y otra blanca] será visible, y que entonces darán los otros colores como resultado. Su producto puede, a todos los efectos, no parecer ni blanco ni negro; y como debe tener algún color, y no puede tener ninguno de éstos, este color debe ser de un carácter mixto, de hecho una especie de color diferente de los otros. Entonces es posible concebir la existencia de una pluralidad de colores además del negro y el blanco, y podemos suponer que muchos [de estos colores] son el resultado de una razón numérica; que los negros y los blancos pueden estar yuxtapuestos en la razón de 3 a 2 o de 3 a 4, o en razones expresables mediante otros números... mientras que algunos blancos y negros podrían estarlo en cantidades inconmensaurables y, de acuerdo a esto, podríamos mirar todos los colores como análogos a los sonidos que están involucrados en la música ...”
                                   (De Sensu et Sensibili; Libro I; Parte IV)

            Aristóteles vincula aquí su propia teoría con los descubrimientos acerca del sonido efectuados mucho tiempo antes por Pitágoras de Samos (-580 a -496). Es interesante indicar que en el año 1857 el fisiólogo alemán Hermann von Helmholtz (1821 a 1894) intentaría una unificación similar.
            Sigamos analizando las afirmaciones de Aristóteles:

            “(II)     Otros [indican] que el Blanco y el Negro aparecen uno a través del medio del otro dando el efecto que a veces es producido por los pintores, desparramando un color menos vívido sobre otro color más vívido, como cuando desean representar un objeto apareciendo debajo del agua o envuelto en la niebla... Esta teoría de superposición también puede funcionar como una teoría real de mezcla de colores.
            “(III)    (...) Cuando los cuerpos se mezclan sus colores también necesariamente se mezclan, a la vez, y esta es la causa real que determina la existencia de una pluralidad de colores, no la superposición ni la yuxtaposición. Los sabores y los colores, como se observará, contienen respectivamente cerca de la misma cantidad de especies. Hay siete especies de cada uno... Gris, como una variedad del Negro, Carmesí, Violeta, Verde puerro y Azul profundo existen entre Blanco y Negro y de éstos, otros derivan por mezcla... Negro es la privación de Blanco en el Traslúcido”
                                   (De Sensu et Sensibili; Libro I; Parte IV)

            He aquí la secuencia lineal completa en su forma clásica, cuyos colores podemos observar en la Figura 1. Esta secuencia, según Aristóteles, puede observarse durante el transcurso del día: la luz blanca del mediodía comienza a volverse amarilla al comenzar la tarde, cambia gradualmente a naranja y después a rojo. Al caer la noche, el rojo varía a un violeta purpúreo, a un azul profundo y finalmente a negro durante la noche cerrada.


                                                  La secuencia lineal de Aristóteles


Las ideas de Aristóteles mantuvieron su preeminencia durante muchos siglos.

            En el S. XIII, el filósofo escolástico inglés Robert Grosseteste (ca. 1175 a 1253), primer Canciller de la Universidad de Oxford, en su obra “De Colore” (Acerca del color) retomó las ideas aristotélicas y las amplió, al comprender que los colores no solamente debían quedar definidos por su tono y saturación sino también por su brillo. Creó además los conceptos de remisión y ascensión, utilizándolos como normas de orden de la secuencia de colores. Así, los colores remiten del Blanco (o Lux clara, como él la llamó) y ascienden hacia el Negro (Lux obscura). Entre estos dos extremos, colocó siete colores, diferenciando así los tonos acromáticos (blanco, negro y gris) de los cromáticos (el resto)
            A pesar de estas ideas innovadoras, Grosseteste retuvo la teoría de la secuencia lineal, aunque doblándola en ángulo recto.

            También en el S. XIII el franciscano inglés Roger Bacon (ca. 1214 a 1294), oponiéndose a Aristóteles, indicó que la luz y el color ocurren únicamente cunado se combinan: “Lux ... non venite sine colore”.
            Se deben a Bacon, además, los nuevos nombres de los colores: Albedo (blanco); Rubedo (Rojo), Viritas (verde) , Nigredo (negro) y Glaucitas (posiblemente un azul brillante).

            El artista y humanista italiano Leonardo da Vinci (1452 a 1519) mantuvo en 1510 las ideas de Grosseteste, pero disponiendo los colores en línea recta: giallo, verde, azurro y rosso (es decir, amarillo, verde, azul y rojo). Leonardo dudó antes de colocar el verde en la seecuencia lineal –pues se obtenía del amarillo y el azul- distinguiendo por primera vez colores primarios de colores secundarios.